Biografía



RESUMEN BIOGRÁFICO

Nací en San Javier, Murcia, hija de padre militar. A los pocos días tuvimos que irnos a Las Palmas de Gran Canaria, donde me crié, alternando estancias en Sidi Ifni, África. Mis recuerdos infantiles más intensos, son los de Sidi Ifni por la cantidad de amiguitas locales, que allí pude hacer. Ya desde pequeña, y viviendo en África, fue cuando me llamó la atención la diversidad de luces y colores de ese maravilloso continente. Allí empecé a hacer mis primeros bocetos, con los Alpino que me regaló mi padre. 
Después nos mandaron a Madrid, lo que supuso un choque muy grande para mí.  El contraste entre la armonía de las personas y la filosofía de vida entre las dos ciudades, era totalmente opuesto. Aun así yo continué haciendo dibujos y coloreándolos, pero los temas no eran los mismos, ni tenían la misma fuerza. Por lo menos, a mí no me atraían tanto.
Viviendo ya mi pubertad, nuevamente destinaron a mi padre a Canarias, donde, quizá por vivir el día a día de mi adolescencia, dejé de pintar.
Con diecisiete años conocí al que hoy es mi marido, y a los cuatro meses nos casamos. Entonces volví a dedicarme a mi pasión del dibujo y la pintura.
Al año y medio de estar casada, tuvimos a nuestro primer hijo. El segundo vendría cuatro años más tarde. Mi pasión cambió de objetivo, dedicándome enteramente a mi familia. Y así fue, hasta que hace unos años, mis hijos se emanciparon. 
Retomé de nuevo mi interés por la pintura, asistiendo durante varios años a clases de dibujo y pintura, para aprender técnicas que yo desconocía. Me convencieron para que ocupara el cargo coordinadora de artes plásticas, en una asociación de un distrito de Madrid. Fue una nefasta experiencia, porque descubrí que el arte, hoy en día, está íntimamente relacionado con la política. Y a mí, la vida no me ha llamado por los caminos de la política.
Cuando mi marido se jubiló, nos fuimos a vivir a Benalmádena, donde empecé otra vez a pintar, como pasatiempo y para mi diversión.  Al ver mis pinturas, alguien me dijo que esos cuadros  no se podían quedar, sin que nadie los viese. Me animó y me ayudó a exponer en los municipios de alrededor. Empecé en Benálmadena, después en Estepona y Manilva. También comencé a inaugurar en galerías de arte, restaurantes y hoteles. Todas estas exposiciones me han hecho descubrir, que el placer de pintar, se puede multiplicar al mostrar tus obras. 

                                                                        Olbia Lula





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